Propuesta narrativa

“Baila mientras puedas” es una obra de acento dramático trágico que se cuenta a través de catorce escenas con igual número de cuadros, cada uno constituye un capítulo en la lista de reproducción. La historia se desarrolla con tramas en paralelo guardando relación entre dos mundos de personajes (el político-religioso y el de la juventud de los años noventa) sin que uno y otro lleguen a sufrir interacción directa.  

En esta obra predomina un estilo de diálogos y soliloquios, elipsis y limitadas diégesis, pues su pretensión es alcanzar la mayor interpretación desde el subtexto. Las escenas suelen interrumpirse de manera abrupta, sin embargo, guardando una estructura lineal que le da forma y sentido a la historia.  

El conflicto se plantea desde la primera escena, donde queda delimitado el dualismo político y moral que enfrenta la sociedad de los años noventa. La preservación de la moral es el punto de partida, puesto que como bandera política se interpone a la libertad que profesaban los jóvenes de la época.  

La naturaleza rebelde de los protagonistas, incluyendo su amor homosexual, contraría los conceptos morales y es allí donde la tragedia comienza a crecer de forma exponencial. La danza es el elemento más inherente al protagonista, que contraría los prejuicios sociales de la época, cataliza los choques donde los más débiles son los que pierden. El amor entre los constituye un punto de giro que explica la obra en el sentido más profundo y de lo que quiere significar.  

La escena: “Baila mientras puedas” no es un relato descriptivo, sin embargo, hace referencia a muchos de esos acontecimientos desde la perspectiva del miedo como un bloqueo a la libertad. El miedo es un actor principal en todo el transcurso de la obra, por ello, desde el aspecto visual, la obra se plantea el uso de recursos escénicos mínimos, que permitan con el juego de luces, proyectar el espacio frio de la noche y de lo urbano.  

También es una obra en la que el movimiento es protagonista y como obra de teatro sobre la danza, requiere un espacio amplio en el cual se pueda interpretar, pero también de elementos que faciliten el juego y la exploración.

 Aunque es una obra trágica, la música no hace apología a la emoción en cada escena, este recurso se alimenta de composiciones propias y música con atribución Cretive Comons,  inspiradas en el electro-dance y en las melodías de la música góspel.  El vestuario toma como referencia los concursos de baile en Colombia, Perú, Bolivia y México en los años noventa, con gran influencia del euro dance y el tecno: pantalones anchos con ropas muy extravagantes, brillantes, zapatos negros, medias blancas,  gafas oscuras, gominas, bambas y gorras. Sin embargo, este toque colorido se pone en contraste con las sombras que se mueven permanentemente por la ciudad de San José.  

Ante la ausencia del uso de telones que nos proponemos en esta creación, la luz juega una destacada participación. Las luces son nuestro telón, con sus interrupciones estrepitosas al final de cada escena, mientras el ciclorama marca el ambiente en que desarrollará la nueva escena. Son predominantes los colores fríos como el blanco y el azul, pero en algunas escenas muy fuertes deberemos usar el rojo y los colores cálidos en menor proporción y de manera muy tenue. Se hará uso de cámaras de humo.